CRÍTICA COMUNISTA: LAS AVENTURAS DEL BARÓN DE MUNCHAUSEN

Como cada semana, os dejamos la crítica más comunista de la galaxia, esta semana toca Las aventuras del barón de Munchausen.

Dirigida en el 1988 por Terry Gilliam (uno de los famosos Monty Python) y con un elenco de actores que van desde los protagonistas John Neville y Sarah Polley hasta secundarios como Uma Thurman, Robin Williams, Oliver Reed, Jonathan Pryce. Del guion (adaptado de la novela homónima) se encargaron el propio Terry Gilliam y Charles McKeown, quien también actúa. Música de Michael Kamen, y fotografía de Giuseppe Rotunno.

La película nos traslada a un mundo fantástico, el nuestro. En una ciudad en el centro de Europa, en el S. XVIII, nos hallamos en medio de una batalla, y de una obra de teatro que representa precisamente la propia película, Las aventuras del barón de Munchausen. La batalla va ganando terreno, y en estas que aparece el verdadero barón de Munchausen, él cuenta el inicio de la guerra a la hija del director de la obra de teatro, ambos, a partir de esto inician una aventura mágica para acabar con la guerra y salvar con ello a la ciudad.

Según avanza la avanza la película podemos maravillarnos de los personajes y escenarios de una gran creatividad, imaginados por un Terry Gilliam que nos adentra en un mundo onírico y surrealista. A su vez la película gana en profundidad, nos traslada un mensaje de oposición entre la racionalidad extrema y la subsecuente pérdida de capacidad para soñar, creer, crear y cualquier otra manifestación del espíritu humano.

Como anécdota, antes de acabar, mencionar que las localizaciones para el rodaje de la película fueron Beltiche (Zaragoza) y Playa de Mónsul (Almeria).

 Y ahora ya sí acabo, con la puntuación, que para mí es de un merecido 7, por ser una película que expresa increíblemente bien la idea de lo que es el cine en última instancia, un mundo que debe plasmar, sin encorsetar, la creatividad de nuestra imaginación.